Al entrar a la institución, nos recibió una voz impersonal.

Una vez que los completamos, nos dirigimos a la habitación asignada. Todo a nuestro alrededor parecía perfectamente limpio y blanco. No estaba para nada mal. Nos quedaríamos hasta que se presentara una oportunidad laboral. Por suerte, la institución se comprometía a brindarnos asistencia en la búsqueda de empleo.